Aunque no nos mole demasiado el rollo de San Valentín, tenemos que reconocer que es muy fácil contagiarse un poco del ambiente. Hay quien lo “hatea” al máximo, pero tampoco hay que tener tan mala uva, ¿no?
Desde Raz SurfCamp hemos decidido invertir esas energías en algo mucho más productivo, porque si por algo destacan todos nuestros campistas es por ser grandes amantes: locos del skate, del surf, del mar, de las olas, locos por sus amigos… Si algo somos es pasionales así que, aquí tenéis todo lo que nos flipa, y seguro que también a vosotros:
El buen rollo. Y la amistad, la gente con buenas vibraciones que sonríe al menos 14 horas al día. ¡Todos nuestros campistas son así! Se parten de risa desde el día uno hasta el final de cada camp, ¡algunos incluso repiten!
Los atardeceres. Una de nuestras verdaderas pasiones… Si habéis estado en Razo, entenderéis por qué nuestros favoritos son los que se ven desde nuestra terraza. Guitarras de fondo y ambiente “chill” es lo que más nos gusta para esas impresionantes puestas de sol naranjas.
El surfing. No podía faltar, ¿verdad? Pues nos flipa el surfing, el long, el skate… Por eso intentamos que todos los campistas que forman parte de nuestra familia conozcan bien estos tres deportes. Aunque para nosotros hay uno que es el rey… ¿adivináis cual? Nada como unas olitas para desconectar y disfrutar al máximo…
Las aventuras. No hay surfista que no pueda considerarse aventurero. Nuestros campistas lo son, ¡y nosotros más! Disfrutar de nuevas experiencias, perder el miedo, salir de nuestra zona de confort… nuestro pan de cada día.
Las playas limpias. El respeto por todo lo que nos rodea es algo que tratamos de expandir a todo al que llega a nuestra casa. Sobre todo por la playa y el mar, nuestro medio y más preciada herramienta. En los Camps tratamos de que entendáis que esa es vuestra casa y tiene que estar tan limpia o más que vuestra propia habitación.
Nuestra familia. ¡También la de sangre! Pero amamos y nos flipa y nos volvemos locos por todo nuestro staff y todos y cada uno de los campistas que hacen que cada Camp recordemos por qué hacemos esto.
Así que… ¡que viva el amor! Porque vosotros sí que moláis.
¡Buenas ondas!